Independientemente de la especialidad deportiva que se practique, existen normas básicas de aplicación general, en cuanto al manejo de las cargas en el en entrenamiento deportivo. Actualmente las cualidades físicas más aceptadas se clasifican en: Básicas, complementarias y derivadas.
Las cualidades físicas básicas se subdividen en: fuerza, resistencia y velocidad, estas son las que participan de manera indispensable en la mayoría de actividades físicas. La más importante de estas cualidades es la fuerza, de hecho en lo personal considero que todo es fuerza, incluso la velocidad es una manifestación de la fuerza.
En mi caso personal la fuerza es la base de todo el macro ciclo anual con mis atletas, aun así el uso inteligente del manejo de las cargas en el entrenamiento previene lesiones, permite priorizar la correcta técnica en la ejecución y propicia el constante progreso del deportista.
En el manejo inteligente de la carga en el entrenamiento se debieran seguir los siguientes principios:
Principio de la relación óptima entre la carga y la recuperación: La adaptación al estímulo de entrenamiento (carga) se da durante el descanso.
Buena normalización al final de la sesión de entrenamiento.
Rápida reposición de líquidos, electrólitos y depósitos de glucógeno durante y después de la sesión de entrenamiento.
Principio del incremento progresivo de la carga:
Cuando se aplican sistemáticamente cargas, el organismo las va asimilando a través de la movilización de sus procesos de adaptación. Con dicha adaptación, los umbrales de excitación van aumentando, lo que lleva a que un estímulo, que previamente era suficiente para producir efecto de entrenamiento, deja de serlo con el tiempo y el aumento de la capacidad. Ello obliga a que los estímulos posteriores deban ser de mayor magnitud, es decir a que exista un incremento progresivo del estímulo, a medida que el organismo se va desarrollando gracias a la adaptación a la carga.
Principio de la versatilidad de la carga:
Debe evitarse la monotonía y uniformidad de la carga, para no caer en el aburrimiento. Todos los entrenamientos deberían tener elementos amenos, motivantes. El deportista debería salir de la sesión con la alegría de haber aprendido algo nuevo, haber mejorado su dominio de alguna técnica, haber corregido un error, etc.
Esto aunado al uso de un cinturón que actúe como estabilizador externo creando mayor presión intraabdominal, nos permitirá trabajar de forma más eficiente y segura.
Esto permitirá también, endurar de esta forma la zona del recto abdomen y la zona lumbar para poder ejercer más fuerza y ganar estabilidad.
La correcta utilización de los principios de entrenamiento y del equipo necesario para tu seguridad y eficiencia en el rendimiento, garantizara tu progreso sostenido.